La mayoría de los desplazados que hoy habitan este lugar, trabajan como vendedores ambulantes, celadores, recicladores, en la construcción, servicio doméstico, o se dedican a hacer el famoso recorrido; el cual consiste en transitar algunos barrios y pedir alimentos, ropa o diferentes productos, también se incluye la prostitución y la explotación infantil. La mayoría de estas familias no devenga ni un salario mínimo mensual mientras que en sus antiguos lugares de origen se dedicaban a actividades como la agricultura, la pesca, la minería y las mujeres en su mayoría eran amas de casa, lo que les proporcionaba una estabilidad. La mayoría de estos desplazados en sus lugares de origen, tenían viviendas propias y en condiciones medianamente habitables, pero en el afán de conservar sus vidas todo esto queda atrás, ya que en medio de amenazas y carreras no pueden traer nada de lo que habían conseguido durante largos años de trabajo y lo único que pueden hacer es empezar de cero. Ellos y ellas tenían su propia historia de vida, pero desde que llegaron a este lugar, debieron empezar a construir una nueva historiaEsta población se encuentra frecuentemente expuesta a sufrir el riesgo de catástrofes producidas por la naturaleza y a esto se le suman los atropellos cometidos por los actores armados ilegales los cuales han convertido la periferia en escenario de confrontación, principalmente provocados por la disputa por el control de territorio.
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